La ansiedad es una emoción como cualquier otra, tristeza, ira, o alegría. Solo que sus sensaciones son desagradables y nos hacen sentir vulnerables y asustados. Tengo algo que contarte, son normales… y no pasa nada por que aparezcan.
Lo que nos ocurre muchas veces es que luchamos contra ella como si de un chicle se tratase, agarrando y agarrando y claro, más lo pegamos. La ansiedad es igual, muchas veces luchamos contra ella de muchas formas, reprimiendo, e vitando, o a revés magnificándola, con esto, no hace más que pegarnos ese dichoso chicle..
En este caso, lo más paradójico es lo que ayuda. Dejarla fluir y no asustarse. Así como no te asustas de cuando tienes un ataque de risa, solo te ríes a carcajadas y se acaba pasando dejando fluir la emoción.
Con la ansiedad, lo mismo, déjala fluir y pasará. Cuando hayas entrenado esto un poco , revisa que ocurre ya que siempre todas las emociones nos cuentan una historia de nosotros mismos, algo esta pasando para que esa ansiedad esté apareciendo. Revísalo y toma conciencia.
Si has descubierto algo que no te ha gustado, el motivo de la historia de tu ansiedad, no corras. Descubrir que no quiero algo no quiere decir que tenga que cambiarlo en «click». Solo toma conciencia de la existencia de tu mal estar y de ti mismo. Poco a poco encontrarás el camino al cambio.